Creí cada una de tus afirmaciones
que mezcladas con tus miradas,
parecían palabra sagrada
Enloquecías cada vez que lloraba,
me abrazabas y besabas,
volabas al atardecer.
Mi cabeza no entiende lo que pasa,
me pierdes y te dejo lejos,
esta firmeza me fortalece por dentro.
Recojo mis pedazos
que rompiste aquella noche
con tanta destreza y malicia.
Tú tomaste todito mi ser,
desordenaste mis convicciones
y no te bastó.
No voy a mirar para atrás,
ni el recuerdo de los buenos momentos
va a pesar más.
Voy a terminar con esta tristeza,
voy a borrar toditito mi querer
porque ya no quiero estar cerca de ti, otra vez.
.
domingo, 10 de marzo de 2013
domingo, 3 de marzo de 2013
Claridad
Desde hace un tiempo, el reloj ha aumentado su velocidad. Creo que
se cansó de correr en los mismos maratones y ahora, compite. Es así que los
días avanzan más rapidito. Los años vuelan. En ocasiones me he quedado
estancada en un mismo momento. Fui su única habitante pues seguía a la par del
mismo calendario que se quedó en un día, que se quedó en un mes. Soy experta en
esos estancamientos y ello no enorgullece ni un poquito.
Hablando del
tiempo, la historia tuvo sus intervalos. Para hacerla más gráfica, era
un cómic que parecía haber llegado a su fin con un par de speech
balloons que sólo decían "BOOM" "BOOM". Pero nunca me di
cuenta que la última página tenía en la parte de abajo, con letras pequeñas, un
"to be continued".
En sus ausencias,
yo continuaba con mis días y poco a poco quedaba convencida de que el libro se
mantendría cerrado. Pero, todas las veces siempre se me hicieron difíciles, con
excepción de esta última. Atinaba, presa de mis estancamientos, a cerrar con
tres vueltas la puerta de mi mente, de mis labios y a disminuir el volumen de
los latidos del corazón. Lo extrañaba horrores y sin pretender buscarlo, sufría
para mis adentros. He invertido mucho en pañuelos tissue. Y, muchas veces he
terminado buscándolo.
He confiado mucho
en él. Creí en cada una de sus palabras. Traté de acomodar mis razonamientos
para que hilen sus excusas. Cerré mis oídos a terceros. La verdad es que no
quise creer lo que me decían y es que no había coherencia con la persona
maravillosa que yo conocía. No le hice caso a lo evidente.
Aunque la
presencia de peleas fue constante, callé muchas cosas. Nunca quise lastimarlo.
Pero, esto no fue recíproco.
Le entregué mi
alma, mis miedos y mi felicidad.
La última edición
del cómic fue diferente. Fui racional. Y,
le concedí un momento para amarme. Me lastimó más. Puse las cosas sobre la
mesa. Le hice notar cada una de sus incoherencias. Me cansé. Pese a ello, era
conciente de dos cosas: que esta podía ser la última parte de la
enciclopedia que se estaba formando o que el "fueron felices para
siempre" podría ser. Lo probé. Reprobó. Y le dije adiós, para siempre.
Ahora ya no existen el “puede ser”, el “si hubiera” ni el “lo
necesito”. Abrí los ojos. Quedé decepcionada. Quedé desencantada. Él escogió.
Ya no es lógico estancarme. Cumplí con toda mi rutina, por
inercia, pero lo hice. He caminado a paso firme y ya ni de llorar tengo ganas.
No tuve un final feliz, pero sí uno bastante claro.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)