domingo, 22 de abril de 2012

La despedida


No he aprendido a bucear en los mil y un vasos de agua en los que me he hundido. Pero todavía respiro. Me han sacado a la fuerza o solamente yo he salido, aun no entiendo cómo. Pero lo he logrado.
Conozco perfectamente el camino que te lleva a la mierda. Exactamente me encuentro allí. He oído un par de reclamos. He contestado, a veces.
No tengo ganas de hablar, porque los consejos de nada me han servido. Además, nadie sabe exactamente lo que ha sucedido.
Sé, con todo lo que he aprendido, qué me devolvería la sonrisa. But it`s almost impossible. Eso precisamente hace que  me hunda más cuando intento salvarme yo solita.
Esperé, un buen tiempo, pero un bueeeen tiempo por la solución inmediata que me haría regresar a la normalidad. Nunca llegó, ni se asomó.
La esperanza ahora ha muerto. Estoy cerrando un buen tomo lleno de tanto, pero tanto silencio en mis labios, pero que encontró una manera de reclamar a partir de papel que, con el tiempo  tomará un destino en el que no sé quedará conmigo porque yo así lo he decidido.
Es lo último que escribo para terminar por fin con lo que nadie nunca supo absolutamente nada y sólo se habló de más y eso terminó cagándome aún más.
I have lost. That`s all.
Las manijas del reloj han marcado el final. He perdido las fuerzas. Y esta noche es la última que me permito llorar de esta manera.
No voy a esperar más, nunca más.
He encontrado un camino, totalmente diferente y lo voy a tomar porque así lo quiero, ahora.
Sólo quiero que quede constancia que esperé, a pesar de todo, esperé. Tal vez sin razón alguna, pero esperé.
Es todo.

lunes, 16 de abril de 2012

Desesperación

Y quedé en un túnel que no mostraba su final. Más asustada que nunca, avancé. Mi cuello volteó. Fue algo inconciente, al final. No te encontró. Gritaba tu nombre. Volvía a repetirlo más fuerte. Sonó en eco, en eco, en eco. Comencé a correr. Sentí frío en el calor. Volví a voltear. Estaba sola. Sentí miedo. Me estaba perdiendo. Tus manos, mis dedos intentaron encontrarlas. Palpaba  por todos lados. No estaban. Quería encontrar la salida. Sólo me perdía lentamente más.
Comencé a cantar. Inmóvil, mi voz se elevaba más, más, más. Quería que me escuches, de cualquier manera. Estaba perdida. Please, save me. Por favor. Me quedé sentada. Después, arrodillada. Estoy muy asustada. Tapé mis ojos con mis manos. Find me, save me, rescue me. Por favor. Me levanté. No venías. Comencé a caminar despacio. Me caí. Me volví a caer. Continué. Quedé dormida. Desperté. Dónde me he metido, pensé. Todo sigue oscuro. He avanzado un poco, pero todavía sigo perdida.

miércoles, 11 de abril de 2012

Necesidad número 65

Los intentos de convertirme en un ventilador,
 han fallado.
No puedo triturar el recuerdo.
Lo intento.

El constante devenir del tiempo juega en mi contra.
Lo detesto.

Preciso tocar la mano del viento.
Me está soltando.

La rutina me ha encerrado.
No puedo sola.

Estoy más loca.
Te has ido.

miércoles, 4 de abril de 2012

My territory

When I was a child, leía en mi librito Santillana sobre el hombre cosmopolita. Siempre revisaba esa página. Ya era el cuarto bimestre, pero dale a esa hoja. Creo que eso de no andar estancado en la mediocridad (llámese normalidad) me daba curiosidad.
Cuando estaba en secundaria, el plan perfecto cuando tuviera 20, era vivir en un hotel, donde tenga bien limpia una mesita para escribir, salir por las mañanas a dar una caminata y leer los titulares de los rostros del alrededor. Y bueno, ir al café rumbo a las tertulias como las que tuve alguna vez. Más o menos ese era el contexto de un periodo de intoxicación de pura literatura vanguardista.
Me imaginé mil veces completamente sola, sin que nadie me joda.
Cuando estaba en quinto, quería ser La Maga (Rayuela-Julio Cortázar). Estaba enamorada del surrealismo y leía como loca, escribía como loca. La carpeta de mi clase se convirtió en la desorientación a la currícula.
Cuando viví por primera vez sola, no hice nada de lo que planeé. No había hotel, no encontré el café. La verdad es que I was a good girl tratando de sobrevivir en una ciudad de dinosaurios que no iba con el plan ingenuo que me tomó construir varias nochesitas de insomnio.
Creo que la verdad es simple: I was not ready.


Desde el 2008 no paré de mudarme como loca, pero esta vez he quedado estancada sólo por el precio del alquiler - conste-.


Así volando fui creciendo, fui viajando, no tanto como quería, pero así encontré el lugar: Cusco, papá. Cuarta vez que iba, pero no se que pasó el 2010, me enamoré, con todas mis fuerzas me enamoré de esa ciudad. Quería quedarme de una vez, sentía un magnetismo rico que emanaba libertad, a la vez. Quedé obsesionada con los rápidos del río Urubamba, con la lluvia, con la manera de contar cuánto nos quedaba en la Plaza y de un picaflor que mil veces se ha escapado de ser tatuado en mi pantorrilla.

Con mi acostumbrada línea de tiempo imaginaria, hoy sigue en pie el plan que viene siendo postergado desde hace tanto. Ahora para mí no resulta ingenuo, sino la manera natural con la que mis ojos siempre sintieron al mundo. Y así, leer como loca, escribir como loca, sin disfrazarme nunca más de un ciudadano normal.