domingo, 18 de diciembre de 2011

Lo que me faltó decir




Tengo la ligera sensación de que vas a leer todo esto tarde.Aunque eso me haga tener un poquito de confianza para vencer mis miedos y escribir todo lo que salga, sin omitir nada. Al fin y al cabo, eres conciente de que te quiero. Al menos la última conversación larga y la más fea, también, te lo dije.

Estos días estuve preguntando a los demás qué hacer... los consejos emanaban como las estrellas y, terminaron por formar dos grupos opuestos. Como siempre, la frase que tanto odio, esa de los momentos perdidos, de la entrega del premio CONSOLACIÓN salió de varios labios... sólo quería taparme los oídos y salir corriendo. "Todo pasa por algo". Puta madre.

Creo que lo primero que debí de hacer fue preguntarme a mí misma qué es lo que sentía que debía de hacer, porque somos dos en esta historia que quedó en stand-by... Sé que debo de esperar, tengo que esperar.

Soy experta sufriendo un poco hasta que decido voltear la página y hacer uso de las técnicas de mi psicóloga, muy bien aprendidas. Hace un tiempo me prometí no sentir como lo estoy haciendo hasta que sintiera que llegara el indicado. Así que me acostumbré a estar sola, a ilusionarme de vez en cuando, pero con cuidado, porque no quería repetir el plato. Así que era más fácil escribir algo para despedirme y listo, nuevamente mi sonrisa.

Pero, llegaste.

Ante la pregunta de cómo me enamoré de ti,que me la hice mil veces... hoy la puedo responder.
No me viste y empezaste a florearme, como ya estaba acostumbrada. No, tú no fuiste así. No tuve que pensar como huir ni soportar mentiras de esas que dicen los bacanes. Con el primer beso me sentí en plena pubertad de nuevo. No presentí intenciones sucias. Luego, bailamos "Twist and shout". Todo quedó entre tú y yo. A pesar de que nuestros amigos estaban ahí, nadie nunca supo cómo llegaste a hacerme sentir. Y ahora lo estoy diciendo.

Sin querer empecé a tener una vida más ordenada. Comencé a almorzar los fines de semana comida saludable y me olvidé del Ajinomen. No sabes cuántas cosas buenas hiciste conmigo, no las sabes. Descubrí que cocinaba rico y cada vez que limpiaba, me sentía una princesa de Disney, por fiiiiin... era la Cenicienta, porque perdiste mi zapato (taco 9, talla 36) y lo encontraste.

No tengo la menor idea de cuándo vas a regresar, no sé qué es lo que va a pasar. Sólo sé que me encantó el comienzo de cuando decidimos que sería cosita seria. Esa noche fuimos tú y yo y ahí, justo ahí, me enamoré de ti.

Tengo miedo de que me olvides, tengo miedo de que sigas enojado conmigo, tengo miedo de que todo se vuelva un nunca más

domingo, 11 de diciembre de 2011

Esta noche no quiero ser fuerte

No quería escribir acerca de esto. Y es que siempre que escribo me pongo a llorar. Tenía miedo de llorar. Sentía verguenza porque no quería verme al espejo con los ojos así. Pero ya ves, no puedo luchar contra lo que me sale de adentro y seguir al pie de la letra mis estrategias.
Me rindo.
Voy a llorar todo lo que pueda esta noche.
 No puedo pretender pensar en un mil cosas cuando al final, lo único que ronda en mi cabeza es sentir y saber que la cagué.

Esto se me hace todo un mundo. No puedo ser lo suficientemente práctica porque nunca lo he sido.
Me siento absurda publicando lo que está aquí, con tanto que duele, con tanto que me destruye y no me deja tranquila.
Ando con un genio de mierda, poniendo de excusa el estrés del trabajo, pero al final, el oxígeno que entra por mi nariz pide salir, salir a través de líquido con sal...
Me siento como un arquero que tapó un gol con su pecho. Me siento como las rocas, inmutables, con una apariencia tan sólida, pero que nadie sabe que hay dentro.
He intentado rezar todas las noches, lo estoy haciendo. Pido por ti y por mí. No sabes cuánto quiero que tu corazón se cure. No importa si volvemos a hablar o no, sólo quiero, ahora que estés bien porque te quiero y con mi "mente abierta" quiero con todas mis fuerzas que sonrías.
Me dijeron que no haga ningún movimiento, que no diga lo que siento, que lo disimule, pero hoy no puedo, simplemente ya no puedo.
No quiero hacer un drama con todo esto porque al final, la que tuvo la culpa no puede hacer de esto todo un mundo.

Mi verdad es que te extraño.
Tengo muchas cosas que contarte y las estoy guardando una por una para poder hacerlo alguna noche. Mi tratamiendo va bien, aunque hoy tuve un bajón bien heavy, pero estoy tomando las pastillas a su hora porque quiero curarme para que nunca más digas que me conociste tarde. Quiero estar sanita para poder acabar con todas las cervezas que se nos presenten y recordar que nuestra primera conversación larga fue esa noche, la noche en la que nos conocimos, mientras  yo fumaba y hablaba con la señora de los chocolates y tú pediste que te preste mi cigarro para que enciendas el tuyo. Y sobre nuestro primer beso... fue en el bar, tratando de que no nos encuentren fumando.  Tengo tantas ganas de fumar.

Estoy nublada. Quisiera tantas cosas, ahora. Pero la cagué, es cierto. No puedo esperar nada. Simplemente puedo caminar, caminar rapidito y seguir adelante...

domingo, 4 de diciembre de 2011

Días insípidos


Las tardes se reconocen tardes,
amarillas, naranjas, rojizas,
llenas de hojas caídas,
pero finalmente vacías
porque ya no encuentran en ellas
 clorofila.
Las noches se encuentran noches,
con el mismo método
en la misma luna,
pero todo es mentira.
Las mañanas prefieren no ser mañanas,
desean mantenerse clausuradas
sin nubes, sin sol, ni color celeste.
Tan violetas, tan rosadas, tan blancas,
tan anormales en lo natural,
tan normales en lo circunstancial.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Lights

Son 7 con 18 de la mañana, estos momentos debieron de tenerme en la carpeta resolviendo la última práctica de Contratos. Sin embargo, estoy sentada en mi cuarto, con una taza llena de agua caliente, tratando de recomponer a mi estómago. Me duele, parece que quisiera decir algo con lo mucho que se revuelve.

Estoy a punto de jalar el curso con todos los honores. Sólo falta esperar la nota final con sus respectivas formalidades. Siempre hay una primera vez y aunque la idea hace unos días no sonaba tan bien, qué rico es saborear todo lo que es nuevo.

Demasiado cansada y mal alimentada, mi sueño prevaleció ante todo.

Ahora, en los momentos previos del camino hacia los cuestionamientos muy usuales (que siempre vienen), sé que empezaré con mis deseos de mandar todo a la mierda y hacer uso de mis grandes tetas para dedicarme a lo que quiero. Al final, pensaré en los motivos que hacen que siga con esto: que mi familia, que ya falta poco, y creo que como siempre, eso pesará más, por el momento.

Pero, (a la mierda, como me conozco y ya sé que estoy empezando), no quiero vivir con el disfraz (que va en aumento pues el closet está con varios pantalones y blusas) de lunes a viernes, no quiero dedicarme para siempre a algo que no va conmigo, no pues, I don´t like it.

Cómo será leer lo que te gusta, escribir con lo tanto que te gusta. Conociendo a mi personalidad, sería el éxtasis y me olvidaría del mundo de vez en cuando.

Hace unos meses que no estoy haciendo nada de lo que me mueve el corazón y reta a la razón. No tengo tiempo y eso es lo que asusta un poco más... Tengo miedo de que los años pasen, me acostumbre a lo que estoy haciendo y deje abandonados a mis sueños porque con mis actos, sólo estoy alejándome de ellos.

El plan de contingencia creo que es bueno y es más, es sensato: acabar, tener algunos ingresos (suena tan bizarro) y por fin mudarme a una casita en Urubamba y hacer lo que quiero. Y bueno, de ahí sigue la segunda parte que es de puta madre.

Así que mejor me dejo de wevadas, carajo.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Más que demasiado


Hace tanto que no escuchaba esta canción y recordarla hizo que buscara en el baúl de las "notas de fb" de hace un tiempo la que prometí escribírtela y siento que es preciso compartirla por estos lares, también. Gracias por haber logrado que mi alma sonriera en todo el tiempo de la "chiquititud" que ambos vivimos. Ahora sólo puedo reafirmar que se cultivó una amistad a plenitud, en todas sus letras. Luego de que la vida haya traído nuevos rostros, hoy puedo sonreir y sentir que alguien me amó de verdad y sentirme plena. Y dice así:
"Es tan reconfortante escucharte, o al menos leerte decir: "my life is brilliant"
y recordar cuando ambos decíamos:"my love is pure"
y que sí pues "I saw an angel, of that I'm sure" cuz you were that kind of friend que no se quiere perder jamás.
Motiva una ligera sonrisa la parte del "she was with another man", pero contábamos con un buen plan (cause I`ve got a plan): keep in touch de una mejor manera, que se volvería eterna: nuestra gran amistad.
y la parte del coro:
YOU'RE BEAUTIFUL
(mi vidaaaa, te digo mi vida porque mi vida es una mierda-clásica mía- y la que llevo siempre conmigo: tu vida no puede ser una mierda, claudia porque tú eres mi vida)
 YOU`RE BEAUTIFUL
(conejos en los dedos, cosquillas, huir de Sebastian y del Botija -jajaja-, misas, resbalones, tu casa o la mía, música, cuánto sabes de mí, la carta hecha por Culinfabio y mis mil poesías, el durazno, mi MEDIA guinda del cole xD, las mazamorras de tu mamá, tus fotos de chiquito, la colección de carros de tu papá y las tardes del cultural)
IT`S TRUE.
A fin de cuentas con mi pelo lacio, ondulado, negro, rojo, castaño, sucio, limpio, largo y corto, conociste lo esencial que no lo comparto con casi nadie aún...
 Llevas mis penas, mis cagues de risa,mis miedos y mis sueños. Sabes las verdaderas razones de mis actos y mis historias "familiares" jamás contadas.
Extraño comerme tu arroz o delirar con tu hermano (just kidding) y también esa sensación de no tener nadita de verguenza cuando quería mis papas verdes con Coca-Cola.
Te quiero y gracias por no haberme dejado sola en las buenas y sobretodo, en las malas.
"es más, la próxima nota del fb sera para ti porque hace años que no te escribo ni mierda" mas o menos fue lo que dije :)"

lunes, 14 de noviembre de 2011

Verdades

Una vez sentí que escribir era la forma de ponerle un curita a las heridas que me hice las veces que me encontré en el suelo sin que nadie me pueda levantar. Todo guardaba un tratamiento idóneo, hasta el compás con que mis lagrimitas caían.
Era increíble porque podía ponerle un final feliz a todo… Cada personaje me quería…También se convirtió en la forma de despedirme y de mandar un poco más lejos de lo que implica  el “increíble mundo feliz llamado MIERDA”. 
Eran las palabras que juntas me permitieron por mucho tiempo confesar lo que no podía gritar y también me permitieron huir muchas veces de la realidad.
Era tan tranquilizante ver como a  mi mano izquierda se le hacía tan fácil traducir lo que estaba aquí, tan adentro… todo fluía tan rápido, tan fácil… Siempre  terminaba llorando, volviendo a vivir todo, sintiendo cada frase por más ridícula que fuera.
De pronto, la forma de huir lanzó un apercibimiento impidiéndome hacerlo. Mis libros personales están guardados y últimamente ya no los busco ni los leo. Tengo miedo, el mismo que se aliviaba con un par de letras, sólo que ahora ese miedo se trasladó a tocar un lápiz, una tecla y presionar enter.
Borro lo poquito que escribo. Trato de no mencionar nada. Creo que ni siquiera quiero saberlo.  No quiero leer que estoy tan confundida.

martes, 25 de octubre de 2011

Dios

Hace unos años, en las clases de Religión, me dijeron que habían cosas que nunca las iba a entender, "misterios" les llamaron, pero que simplemente teníamos que creer. Lógicamente, uno no va a dejar de cuestionarse hasta que finalmente mediante sus conclusiones o puede acercarse más a Dios o declararse ateo y punto. Decisiones que corresponden a cada uno. Por mi parte, fui por una temporada una cucufata de mierda, con fundamento y sì pues, creo en Dios.

Si es que no me equivoco con la edad exacta, creo que a los 13 caí en duda. Cuestioné todo. No podía creerme la teoría o seguir repitiendo el Credo sin saber si realmente las cosas eran o no así. Sentía que no era un títere y empecé con las perdidas brutales en mi cabeza mientras la gente hablaba, tratando de encontrar respuestas.
Me asusté en un principio, pensaba que pecaba porque sentía que mi fe declinaba, luego de no haber dejado de rezar cada noche y todas esas cosas. Sentía que estaba traicionando a Dios si es que existía.
Así que comencé con mis investigaciones...y descubrí que hay respuestas inteligentes para cada cuestión religiosa. Todo agarra sentido empezando con Aristóteles y el motor inmóvil, para los escépticos.
Siempre he sido puro sentimiento al final así que más allá de las conclusiones a las que llegué con mis intentos de alucinarme Dora la exploradora, creí fehacientemente en Dios en momentos fuertes y difíciles. Creo que cuando se llega a sentir su presencia, cualquier duda de mierda se disipa y uno llega a entender que tiene una inteligencia limitada y que no puede pretender querer comprender todo...y que simplemente tiene que creer y amar. Ahí se le siente, cuando por fin puede sonreir el alma.
Fuera de la religión que se lleve, de los ritos que se tengan que cumplir, saber que allá arriba y que en este momento, aquí a mi lado, hay alguien que no me va a dejar nunca, puta, es lo máximo...
Me he alejado de El mil veces, he regresado a El otras mil, quise ser monja dos veces y me he ido a la mierda, muchas más... pero amando uno entiende y comprende, no?

martes, 18 de octubre de 2011

La razón se ha equivocado

Nada calma el peso de la conclusión.
Mi pecho no soporta el peso de mi decisión.
Las pesadillas anunciaban esto.
El tiempo no calma nada.
Sólo aumenta el peso del dolor.
Ganas de retroceder los momentos.
Y de oprimir algún botón.
No puedo resistir.
Me desvanezco.
El centrito de mi corazón se detiene.
Agonizo.
Un corto circuito está cerca.
Mis brazos se ponen tensos.
Estoy tiritando.
Estoy gritando.
Estoy llorando.
Estoy muriendo.
Fumar ya no calma nada.
No quería esto.
Así, no.
Fui fuerte
porque tú me sostenías.
Nunca quise lastimarte,
a ti, no.
No vas a dar un paso atrás.
Estoy inmutable.
Quiero buscarte.
Quiero pedirte que me perdones.
Quiero que me perdones.
Amigo.
Cómplice.
Dime.
Quién va a llevar una pantera en su pecho.
Quién no va a bailar la música que todos bailan.
Quién va a andar tan desalineada y despeinada.
Quién te va a creer McGiver.
Quién te va a arruinar tu  sueño.
Quién te va a ser un mal usuario de la biblioteca
A quién le vas a decir que te hable bonito.
Quién te va a colgar tantas veces.
Quién se va a rayar por cosas que no entiendas.
Con quién te vas a ir a la mierda y la vas a disfrutar tanto.
No escuches a la razón, no.
Yo lo hice y mira cómo cagué todo.
Vamos, regresa.

lunes, 26 de septiembre de 2011

c'est comme ça

A veces me dedico canciones y me las canto sutilmente como si solo pretendiera molestar a mis vecinos cuando sólo quiero molestarme a mí solita, como hoy.
Soy una zona para fumadores, al fin y al cabo donde sólo se le hace descuento a mi soledad.
Se puede fumar las 24 horas y sí pues, reservo el derecho de admisión porque solo puede entrar un cliente: YO, sin personas que no paren de hablar, con un par de audífonos cagando al tímpano.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Autobiografía

Unas oscuras en dedos delgados, fragilidad que disimulo con mi apariencia, difraz que esconde mis adentros. Comunicaciones secretas con los cigarros,dulce amargura que estoy sintiendo. Desorden en mi habitación alumbrado con la luz que disipa mi indecisión. Cansada de mentiras que me engañan en cada ocasión. Inocencia desdibujada por la traición. Carita llena de lágrimas por la insensatez de creer que me van a querer así como soy. Pero es tiempo de sincerarse, no?

De pequeña rompía las panties y los zapatos de charol por preferir juegos de los niños. No me aceptaron en dos colegios y lo más idóneo, para ellos, fue un colegio de mujercitas. Nadie me soportó.
Sermones, castigos, pero según mi psicóloga, lo que pedía era amor.
Solita con 4 años, odiando alguna actuación cada día del padre, bailando bonito para mi abuelo que fue el único que siempre me fue a ver. Intentando ser buenita por mi abuelita, memorizando alguna oración. Rezaba cada noche, rogaba con todas mis fuerzas que mis papitos vuelvan.

Un "chiste andante" según Juan Diego, hablaba trivialidades para tratar de dibujar sonrisas a los amigos que me soportan hasta hoy.
Me portaba mal, sin querer, nunca fue por mala, lo juro.
Hacía las cosas sin pensar y malas notas en conducta hacían que me llamaran la atención.

Sin contar a nadie lo que me pasaba en casa, hacía mis tareas, era primer puesto, prestaba siempre mi cuaderno. Menos cinco puntos por pasar las respuestas, de frente a la Dirección. Nadie me entendió.

Escondidita en mi habitación escribía canciones y llenaba mi diario en clave y de vez en vez dejaba mensajes cagones para mamá que andaba tratando de entersarse de mis pasillos cuando mi cuarto quedaba sin mí.

Odiaba ser talla 30 de formador y que mis senos crezcan tanto, por Dios! Me miraba al espejo, me veía mujer, así que una gorra, polos y jean anchos y a jugar frontón.
Tuve un polo rojo de Mickey Mouse.

Regalaba mis muñecas y todos mis ahorros. Prometí que a los 19 me iría a la selva, pero nunca fui capaz.

Me ahogué varias veces en un montón de vasos de agua, demasiadas terapias, no podían conmigo. Fuerte o demasiado sensible, lloraba con la radio a todo volumen y a puerta cerrada.

Hacía almorzar en casa a un señor, hablaba con loquitos porque yo sabía que necesitaban amor. Regalé toda mi ropa en alguna ocasión y mi mamá se rayó.

Me iba al parque, jugaba futbol con los niños y ellos me enseñaban "asquerosidades" que las repetía en reuniones formales.

Graciela y Evelyn intentaron siempre hacerme una señorita del Sagrado Corazón. Iban de compras conmigo por las wevas porque nunca usé lo que ellas escogían.

Tocaba boleros con la mandolina y desafinaba, a propósito, cuando cantaba para las monjas. La profesora Patricia me botó del coro y Rafael dijo que cantaba hasta el culo.

Tuve sólo  una relación larga, con mi primer enamoradillo. Me sacó la vuelta con una de mis mejores amigas de la infancia. De ahí siguieron 5 relaciones más que no duraron más de mes y medio. Aún hablo con la mayoría de ellos.

Me encerré tres años en mi cama. Sólo deambulaba por culpa de las necesidades básicas. Me daban miedo los chicos y más el tercer enamorado que me mintió.
Empecé a juntarme sólo con chicas y a ser más tolerante.

Renací en Cusco un 2010, quería ser un chasqui porque soy Huaco, pe.
Probé la independencia y me encantó. Bailaba sola con mi alma y terminó pro gustarme decir que no a todos los "quieres estar conmigo?"

Ahora ando en bares, voy a Cusco cada año y me encantan los ríos y los mares.

Soy impredecible, dicen. Debería de cambiar, también dicen. Pero yo, sólo quiero que me acepten como soy, con los brazos abiertos para mí, el francés mal hablado y mis males.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Amor romántico

Esta es una historia de esos amores que duran para toda la vida y que para estos tiempos, resultan complejos. Pero puedo afirmar que aún existen, porque desde que conozco a este par de amigos, me he dado cuenta que las estadísticas son demasiado relativas.

Ella era toda una princesa, una carita de estantería fina. El tenía el cabello rizado, ojos negros y demasiado guapo para ser verdad.
Crecieron juntos en el mismo lugar, familiarizados con los mismos rostros, los comensales de siempre y las calles, callesitas que les ayudaron a vivir la gloria. Se escondían de los padres de ella que no permitieron nunca que alguien siquiera roce su mano.
Los años han pasado, ella partió y él repite con cada paso aquellos momentos en los que se sintieron tan suyos.
Ella solo cierra los ojitos y con ayuda de la memoria recuerda cada pequeño instante y de cuando en cuando me cuenta cómo fue todo.

Siguen juntos. Sus besos llegan a través del viento y cuando se encuentran, forman un susurro que se escucha por la inmensidad y regala a todos un momento de complicidad.

Aquí juega lo romántico que vence a esa distancia, que tan sólo les permite contentarse con relatar cada detalle de lo que a ambos les suele pasar. Sé que a veces es difícil que él no pueda sostenerla cuando las cosas andan mal y sé también que la tolerancia se vuelve despreciable cuando él tiene que voltear y ver que ella no está. Un te quiero a gritos precisos hace falta al despertar...

Sorpresitas que viajen por tierra y que lleguen a su puerta puede ayudar. Ser fehacientes con las cursilerías hacen que todo pueda funcionar. Así que te pido que la conquistes cada dia más.

Bar de mar

Buscábamos un lugar donde no nos vieran mal,
caminábamos por las mismas calles,
con las zapatillas mojadas y la paciencia intranquila.
Las mismas conclusiones, las mismas mentiras,
la inquietud de verte llegar.

Mirábamos la puerta de cualquier lugar,
entrábamos para no pasarla mal:
permitíamos al reloj que avance sin parar,
nos reíamos y bailábamos hasta no poder más.

La barra acompañaba a nuestra soledad
y las cervezas llegaban hasta hacernos enamorar.
Amantes de lo absurdo, sin que nos quiera nadie
y nos pretendan botar.

Tomábamos hasta el amanecer,
nos poníamos a meditar y,
sólo hablábamos para brindar
con quien sea, con tal,
quién puede hablar de más.

Un buen día, siguiendo a la rutina
presos del buen rock
coincidimos en el mismo lugar.

No habían olas, tampoco lluvia,
hacía frío y nos empezamos a emborrachar.

Volamos al ritmo de la felicidad
porque el bar se convirtió en el mar.

Yo parecía de Control Machete y tú,
un beatlemaniaco clandestino.

El mar en tempestad, el mar en tranquilidad,
el mar con bandera roja,
con señales de que todo estaba prohibido.

Las olas nos mecían, la música nos remecía
y tú, tú fuiste mi chaleco salvavidas.

Y desde entonces, vamos siempre al mismo bar,
pero no nos hemos vuelto a encontrar

jueves, 1 de septiembre de 2011

Gustos

No me gustan los resaltadores amarillos. No me gustan los lapiceros rojos. Me gusta pintarme los dedos con liquid en los exámenes. Me gusta la tapita de mi lapicero bien mordidita.  Y bueno, no creo en la mentira que, a toda mujer, pretenden  hacer creer, con finalidades criminales al fin y al cabo.

No me gusta mirarme al espejo. No me gusta pintar mis labios. No me gusta peinarme. No me gusta consumir pocas calorías. No me gusta hacer ejercicios. No me gusta dormir temprano. No me gusta sonreir mientras limpio. No me gusta saludar ni mucho menos disimular.
 Me gusta poner música a todo volumen, cantar, gritar y molestar a los vecinos. Me gusta la gaseosa, los cigarros y el rock and roll. Me gusta mi cama, mi almohada y mi cobertor, sobretodo cuando estoy dentro.

 Me gusta la cerveza y ser sinverguenza.

 Me gustan los abrazos. Me gusta caminar sin sentido. Me gusta reirme solita. Me gustan los lugares no concurridos. Y bueno, me gusta quedarme con los viejos amigos.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Claudia, hoy

Aprendiendo a volar con los zapatitos negros bien puestos está generando dolores de pantorrilla. Siempre me negué a usar tacos, pero chamba es chamba; la negativa sólo puede quedarse en mi inconciente.
Ando un tanto cansada y demasiado ocupada, pero las viejas costumbres no pueden perderse. En fin, mi panza pide ingredientes dulces y salados a la vez, siempre.
Algo baratito, nomás, accesible a los bolsillos viejos de toda la vida.
Gasto doce lucas en taxis, converso con el conductor, renegamos del tráfico y pienso en si podré ser puntual. Atiendo en las clases, me aburro en la biblioteca, leo como loca el cerro de libros, cómo quisiera un huayco YA!
Fumo, fumo, fumo. Como, como, como. Voy al baño, me baño en 5 minutos. No respondo al celular porque me quedo dormida o no lo escucho. No avanzo con el cuento pendiente. Me cago de frío y tirito acompañada de mucho moco.
Hoy no podré dormir. Extraño a mi perro. Extraño la ociocidad, también.
Quisiera dar una vueltita, pequeña nomás. Quisiera a veces un novio, pero si no  hay tiempo... Pero necesito que me engrían., carajo.
Me duele el cuello. Necesito de una tocada. Quiero hacer mosh, quiero tomar cervecita, quiero bailar rock and roll, jaja, quiero cantar A las puertas del cielo a todo pulmón (y lo estoy haciendo, lo siento, vecinos).
Mañana un control de mierda, aaaaaahhhh
A las puertas del cielo
al confin de los mares
cuantas veces en mis sueños
te he llevado junto a mi.
He sentido tu mano
como suave caricia
y en el eco de tu risa
una nueva primavera.

Bonita la primavera, pero no llega. Qué chucha.

Quiero primavera

miércoles, 17 de agosto de 2011

El principito existía

Mañana es uno de los días más importantes de mi vida, son las 10:48 pm y aún me faltan demasiadas cosas por hacer. No puedo lidear más con el sueño, siento que me caigo, pero para hacer todo bien era preciso escribir lo que últimamente da vueltas por mi cabeza y me anda "distrayendo".
Hoy por la tarde vi "Help!" y ahora me intoxico con los Beatles para descargar todo. Quiero que salga todo ya, de una vez.
Siempre ando calculando lo que debo de sentir y huyo cuando siento que no lo puedo manejar. No estoy dispuesta a dañar un milímetro de mi corazón y por eso ando poniendo los un mil parámetros para que alguien sea "el chico especial", un principillo azul un tanto diferente al que toda niña salida de un colegio de monjas espera.
Lo malo: encontré al chico.
Era increíble, pero cierto. Existía y no tuve que darme la vuelta al mundo que esperaba para encontrarlo. Concordaba cada detalle, salvo uno, tenía el pelo corto... pero, antes era largo, así que aquella característica no estaba muy alejada de su realidad.
Lo conocí en el lugar menos pensado, aunque estaba segura que era uno de sus locales favoritos y yo, hace dos años que no pisaba aquel bar...y es que no esperaba conocerlo justo ahí y aún menos, ese día. Fue uno de los sábados que salía sin ganas, por no cagar a una de mis mejores amigas y porque no tenía ningún plan más. Salí toda apurada con la idea de que me aburriría así que un par de tragos con cigarros ayudarían. No pretendo ni quiero contar la historia por aquí porque fue increíblemente genial y pues especial, también.
La confianza fluyó como si ese "mantener la debida distancia y reserva de mí misma" ya hubiese cedido gracias al tiempo. No entiendo cómo, pero era tan sencillo como yo que le conté todo sobre mí y lo incluí en esas horas en parte de mí... Por primera vez, no hablé de aquel chico al que alguna vez quise con todo. Es una costumbre contar mi triste historiesilla de amor, pero no pues, ni siquiera la recordé.
Era como si toda la vida lo hubiese esperado y sas, apareció, llegó, dejaba de ser ideal para ser real.
Obviamente lo cagué un par de veces, soy así, pero se quedó conmigo, aunque sólo duró ese día y la mitad del siguiente.
Ahora, recuerdo cada detalle y quisiera retroceder un poquito, sin cambiar lo grandioso de todo, pero quizás abrazarlo con todas mis fuerzas y decirle cosas bonitas que lamentablemente no las pronuncié.
Estoy fumando la marca de cigarros que él me enseñó y así revivo todo...
Tan solo me queda el recuerdo, con un comienzo y final estupendo fusionado con las risas y compatibilidades que encontramos esa noche.
Chau chico lindo, me encantaste.

miércoles, 10 de agosto de 2011

En vacaciones, no.

Ese único plan que orbita en mi cabeza durante las amanecidas que generan convulsión, repletas de libros, apuntes, fotocopias agregándole el respectivo "etc." nunca me suena idóneo en vacaciones. Olvido esas ganas, tantas veces insatisfechas, de quedarme en casa viendo alguna película romanticona con las típicas alucinadas de que el príncipe azul está buscándome y que sueña conmigo, igualita, igualita a como soy, mientras yo engordo con pop corn. Olvido dormir mil horas y conocer un poquito más de mi habitación porque de mudanzas, quién conoce más que yo... sólo me falta comprar una casa rodante y estoy presta para un tratado con cada indicación. Olvido comprar el vidrio para mi mesa, ya junté los suficientes boletos de combi que le iba a poner... Olvido hacerme aquel tatuaje que hace casi dos años juro que me lo voy a hacer. Olvido comprarme esas botas nuevas para cuidarlas y no dejarlas todas destruídas como lo suelo hacer. Olvido leer a conciencia todo lo que en los exámenes me inventé.

Qué mierda hago entonces. No lo sé. Sólo sé que se me pasa el tiempo andando más por allá que por acá, presa de no sé qué.

domingo, 7 de agosto de 2011

Encantos

En el stand-by que deja una resaca de aquellas, el teclado no deja de decir tic-tic-tac como si fuera un reloj cronometrando cada letra que va al compás de los segundos. Bailan en su apreciada soledad un tango, erguidas, sensuales y repulsivas porque sí, formando palabras completas, sin sentido, pero ni modo.

Qué bonito es pronunciar lo que es como suena, frío cuando debe ser o caliente cuando el momento lo amerita: tierno, cruel, dulce, rudo. Y es que es así, como la mayoría de veces termina significando el sobrevivir. Vivimos sobre sueños, esperanzas y necesidades básicas.

Cantemos una canción, la que venga a la mente hoy, que se agite el corazón y resuene tan fuerte porque hoy es hoy. Yo estoy cantando my favorite song, una apología de lo que el amor no es hoy.
Definamos en un momento lo abstracto del miedo, sin temor, vamos, sí podemos.
Brindemos porque respirar no cuesta, sonríamos y mirémonos en el espejo, sensación fresca, no? Permitamos que la paz recorra por todo el cuerpo, que fluya por los espacios donde aún queda  rencor, uno, dos, tres, contemos los momentos buenos y crezcamos con los que nos hicieron llorar, viajemos en el tiempo, sintamos que estamos en el vientre de mamá, conectémonos con los recuerdos, vivámoslos una vez más. Pensemos en las personas que conocimos, mandémosles un abrazo a todas. Paremos un tanto de lo que siempre hacemos y al continuar, sigamos pero ahora concientes de que nacimos y vivimos para amar.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Desempolvos

Hace un par de meses que había perdido la costumbre de distinguir las horas con la luz del sol. Eso de vivir en gris distorsiona aún más mi orientación. En fin, estos días estoy en casa y en mi no saber qué hacer, me puse a leer los cuadernitos del ayer y encontré una de las descripciones de las temporadas en que las únicas citas que tenía eran con mi colchón, ahí va:

"Practicando alguna táctica que apareciera de la nada en mi cabeza, intentaba sentirme tranquila y quizás, finalmente viva.
-Sólo lograba lo inverso de cada resultado que esperaba-
Así pasaron mis dias: pretendiendo que sean las seis y treinta y no las seis con cuarenta y cinco, enredándome e intentando hacer un garabato con mis piernas entre la almohada y el cubrecama, y así que pase todo un día escondiéndome del ahora y de quien no soy yo.
Sólo pudiendo satisfacer las ganas de fumar, cerraba los ojos y con mil litros de mi canción favorita me permitía llorar y consolarme solita."

Luego de quedarme estancada en esa hoja por unos minutos, me di pena. Pero todo pasa y sólo queda decir al pasado: "y, qué chucha!"