miércoles, 24 de agosto de 2011

Claudia, hoy

Aprendiendo a volar con los zapatitos negros bien puestos está generando dolores de pantorrilla. Siempre me negué a usar tacos, pero chamba es chamba; la negativa sólo puede quedarse en mi inconciente.
Ando un tanto cansada y demasiado ocupada, pero las viejas costumbres no pueden perderse. En fin, mi panza pide ingredientes dulces y salados a la vez, siempre.
Algo baratito, nomás, accesible a los bolsillos viejos de toda la vida.
Gasto doce lucas en taxis, converso con el conductor, renegamos del tráfico y pienso en si podré ser puntual. Atiendo en las clases, me aburro en la biblioteca, leo como loca el cerro de libros, cómo quisiera un huayco YA!
Fumo, fumo, fumo. Como, como, como. Voy al baño, me baño en 5 minutos. No respondo al celular porque me quedo dormida o no lo escucho. No avanzo con el cuento pendiente. Me cago de frío y tirito acompañada de mucho moco.
Hoy no podré dormir. Extraño a mi perro. Extraño la ociocidad, también.
Quisiera dar una vueltita, pequeña nomás. Quisiera a veces un novio, pero si no  hay tiempo... Pero necesito que me engrían., carajo.
Me duele el cuello. Necesito de una tocada. Quiero hacer mosh, quiero tomar cervecita, quiero bailar rock and roll, jaja, quiero cantar A las puertas del cielo a todo pulmón (y lo estoy haciendo, lo siento, vecinos).
Mañana un control de mierda, aaaaaahhhh
A las puertas del cielo
al confin de los mares
cuantas veces en mis sueños
te he llevado junto a mi.
He sentido tu mano
como suave caricia
y en el eco de tu risa
una nueva primavera.

Bonita la primavera, pero no llega. Qué chucha.

Quiero primavera

miércoles, 17 de agosto de 2011

El principito existía

Mañana es uno de los días más importantes de mi vida, son las 10:48 pm y aún me faltan demasiadas cosas por hacer. No puedo lidear más con el sueño, siento que me caigo, pero para hacer todo bien era preciso escribir lo que últimamente da vueltas por mi cabeza y me anda "distrayendo".
Hoy por la tarde vi "Help!" y ahora me intoxico con los Beatles para descargar todo. Quiero que salga todo ya, de una vez.
Siempre ando calculando lo que debo de sentir y huyo cuando siento que no lo puedo manejar. No estoy dispuesta a dañar un milímetro de mi corazón y por eso ando poniendo los un mil parámetros para que alguien sea "el chico especial", un principillo azul un tanto diferente al que toda niña salida de un colegio de monjas espera.
Lo malo: encontré al chico.
Era increíble, pero cierto. Existía y no tuve que darme la vuelta al mundo que esperaba para encontrarlo. Concordaba cada detalle, salvo uno, tenía el pelo corto... pero, antes era largo, así que aquella característica no estaba muy alejada de su realidad.
Lo conocí en el lugar menos pensado, aunque estaba segura que era uno de sus locales favoritos y yo, hace dos años que no pisaba aquel bar...y es que no esperaba conocerlo justo ahí y aún menos, ese día. Fue uno de los sábados que salía sin ganas, por no cagar a una de mis mejores amigas y porque no tenía ningún plan más. Salí toda apurada con la idea de que me aburriría así que un par de tragos con cigarros ayudarían. No pretendo ni quiero contar la historia por aquí porque fue increíblemente genial y pues especial, también.
La confianza fluyó como si ese "mantener la debida distancia y reserva de mí misma" ya hubiese cedido gracias al tiempo. No entiendo cómo, pero era tan sencillo como yo que le conté todo sobre mí y lo incluí en esas horas en parte de mí... Por primera vez, no hablé de aquel chico al que alguna vez quise con todo. Es una costumbre contar mi triste historiesilla de amor, pero no pues, ni siquiera la recordé.
Era como si toda la vida lo hubiese esperado y sas, apareció, llegó, dejaba de ser ideal para ser real.
Obviamente lo cagué un par de veces, soy así, pero se quedó conmigo, aunque sólo duró ese día y la mitad del siguiente.
Ahora, recuerdo cada detalle y quisiera retroceder un poquito, sin cambiar lo grandioso de todo, pero quizás abrazarlo con todas mis fuerzas y decirle cosas bonitas que lamentablemente no las pronuncié.
Estoy fumando la marca de cigarros que él me enseñó y así revivo todo...
Tan solo me queda el recuerdo, con un comienzo y final estupendo fusionado con las risas y compatibilidades que encontramos esa noche.
Chau chico lindo, me encantaste.

miércoles, 10 de agosto de 2011

En vacaciones, no.

Ese único plan que orbita en mi cabeza durante las amanecidas que generan convulsión, repletas de libros, apuntes, fotocopias agregándole el respectivo "etc." nunca me suena idóneo en vacaciones. Olvido esas ganas, tantas veces insatisfechas, de quedarme en casa viendo alguna película romanticona con las típicas alucinadas de que el príncipe azul está buscándome y que sueña conmigo, igualita, igualita a como soy, mientras yo engordo con pop corn. Olvido dormir mil horas y conocer un poquito más de mi habitación porque de mudanzas, quién conoce más que yo... sólo me falta comprar una casa rodante y estoy presta para un tratado con cada indicación. Olvido comprar el vidrio para mi mesa, ya junté los suficientes boletos de combi que le iba a poner... Olvido hacerme aquel tatuaje que hace casi dos años juro que me lo voy a hacer. Olvido comprarme esas botas nuevas para cuidarlas y no dejarlas todas destruídas como lo suelo hacer. Olvido leer a conciencia todo lo que en los exámenes me inventé.

Qué mierda hago entonces. No lo sé. Sólo sé que se me pasa el tiempo andando más por allá que por acá, presa de no sé qué.

domingo, 7 de agosto de 2011

Encantos

En el stand-by que deja una resaca de aquellas, el teclado no deja de decir tic-tic-tac como si fuera un reloj cronometrando cada letra que va al compás de los segundos. Bailan en su apreciada soledad un tango, erguidas, sensuales y repulsivas porque sí, formando palabras completas, sin sentido, pero ni modo.

Qué bonito es pronunciar lo que es como suena, frío cuando debe ser o caliente cuando el momento lo amerita: tierno, cruel, dulce, rudo. Y es que es así, como la mayoría de veces termina significando el sobrevivir. Vivimos sobre sueños, esperanzas y necesidades básicas.

Cantemos una canción, la que venga a la mente hoy, que se agite el corazón y resuene tan fuerte porque hoy es hoy. Yo estoy cantando my favorite song, una apología de lo que el amor no es hoy.
Definamos en un momento lo abstracto del miedo, sin temor, vamos, sí podemos.
Brindemos porque respirar no cuesta, sonríamos y mirémonos en el espejo, sensación fresca, no? Permitamos que la paz recorra por todo el cuerpo, que fluya por los espacios donde aún queda  rencor, uno, dos, tres, contemos los momentos buenos y crezcamos con los que nos hicieron llorar, viajemos en el tiempo, sintamos que estamos en el vientre de mamá, conectémonos con los recuerdos, vivámoslos una vez más. Pensemos en las personas que conocimos, mandémosles un abrazo a todas. Paremos un tanto de lo que siempre hacemos y al continuar, sigamos pero ahora concientes de que nacimos y vivimos para amar.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Desempolvos

Hace un par de meses que había perdido la costumbre de distinguir las horas con la luz del sol. Eso de vivir en gris distorsiona aún más mi orientación. En fin, estos días estoy en casa y en mi no saber qué hacer, me puse a leer los cuadernitos del ayer y encontré una de las descripciones de las temporadas en que las únicas citas que tenía eran con mi colchón, ahí va:

"Practicando alguna táctica que apareciera de la nada en mi cabeza, intentaba sentirme tranquila y quizás, finalmente viva.
-Sólo lograba lo inverso de cada resultado que esperaba-
Así pasaron mis dias: pretendiendo que sean las seis y treinta y no las seis con cuarenta y cinco, enredándome e intentando hacer un garabato con mis piernas entre la almohada y el cubrecama, y así que pase todo un día escondiéndome del ahora y de quien no soy yo.
Sólo pudiendo satisfacer las ganas de fumar, cerraba los ojos y con mil litros de mi canción favorita me permitía llorar y consolarme solita."

Luego de quedarme estancada en esa hoja por unos minutos, me di pena. Pero todo pasa y sólo queda decir al pasado: "y, qué chucha!"