domingo, 27 de abril de 2014

Todo se llama pasado.

Caía viernes, trepaba bien de frente, lo ha repetido hace meses. 
Mordía uñas, su voz ha titubeado. Me ha aniquilado.
¿Cómo se encuentra usted? Tengo miedo a los gatos.
¿Cómo se encuentra  usted? Vamos por el tejado.
Camine por su lado. Mastique chicles. Creo que lo he decepcionado. 
La esperanza se volvió a mudar. Todo se llama pasado.

Buscar respuesta en usted es como viajar martes trece.

Todo el tiempo que me he pasado, días equivocados.
Inconsistencias que me han desesperado. Todo se llama pasado.
Tengo que aprender a deletrear: "duelen los aires helados".

Si prefiere prenda sus cigarros, cosas que me ha enseñado.

De nada sirve recoger lo que no ha sido dañado. Usted ya me ha juzgado.
Conmigo sola la función ha terminado.  Ni dijo adiós, cierre el telón.
Todo se llama pasado. La distancia ha rebotado.









jueves, 17 de abril de 2014

Perder a alguien.

No importa a dónde vaya esta vez. Qué cuenten mis lágrimas, qué canten mi dolor, qué me vean caer. No me voy a esconder. Se pierde la vergüenza cuando el pavor te roba la compostura. Escúchame gritar. Permíteme recordar. Tengo que hacerme la idea de que no te voy a ver, jamás. Se me quitó el verbo, lo arrebataron de mis brazos. A quién me puedo quejar si no quiero consuelo. Ni siquiera me puedo vengar porque no sé puede ir contra lo natural. Qué habrá más allá, quizás eternidad. Dónde estás. Cómo es que esto te llegó a pasar. Déjenme, la soledad viene a habitar. Llévame, no sé si podré aguantar. Siempre de prisa y sin avisar, abre la puerta y sólo te queda aceptar. Rezaré, creeré, te pensaré. Maldeciré, patalearé, me enojaré.  Me comportaré, pero abre los ojos, quédate. 

miércoles, 9 de abril de 2014

Placebo.

S se echa en la cama para delinear sus ojos. J, con  pulso de arquitecta y luz, traza una línea simétrica. Y C, sin poder usar tinta líquida, se pega al espejo del baño.
Diecinueve años aproximadamente lleno de mutaciones,  personalidades con transformaciones, caminos que obstinadamente se volvieron a juntar en viernes. Llorar es para maricas así sea en la despedidas.
Aprendimos con demencia y sensatez así como dirigimos nuestro primer guion. Háblame en inglés, my dear. No somos como las otras del salón. Anyway, soñamos con coloquios, música rarita, hicimos nuestras tertulias, todo, todito en quinto de secundaria.
Sentadas en el pasto, bajo un árbol, imaginábamos un contexto lleno de velas, donde resonara nuestra intelectualidad y solo eso importara.
El después vino acelerado, han pasado siete años y, de viernes a miércoles nuestra adolescencia en combinación con lo que somos ahora, se manifestó y caminó, corrió, voló. Un espacio de dos plazas sirvió de sillón de terapias y mesita de centro. Un balcón, un par de muebles y nuestra timidez nos hacen extrovertidas entre las tres. Just for the record, I love you so much, girls.
Vehemencia al insistir con nuestras obsesiones, vehemencia al cagarnos, vehemencia a ser directas, pero amables a la misma vez. Eso es.
Un concierto, tacos, zapatillas, un par de Converse, que vengan las sandalias every day.