sábado, 6 de abril de 2013

Ellos.

Ella ha sido muy feliz con varias historias parecidas: Freddie Mercury y Julio Cortázar, en la vida real; One day, Rayuela y  La amigdalitis de Tarzán, en la ficción.
Ha sido una mujer complicada: dulce, pero a veces, mala. Ha mutado de vez en cuando. Cada etapa la ha marcado. Ha cambiado de objetos y personas. No se ha obsesionado durante mucho tiempo con nada. Se ha puesto tiempos exactos para llevar al máximo nivel sus emociones y de vez en cuando, sus sentimientos. Pero, todo ha sido matemáticamente calculado. Así todo ha sido más fácil de llevar.
En lo único que nunca ha pretendido calcular ha sido en lo que sería capaz de hacer por  su familia y por dos personas más. Dos personas que ha amado sin medida, por las que sería capaz de hacer cualquier cosa, para decirlo de la forma más simple.
Nunca ha entendido por qué las quiere tanto y cómo ambas son capaces de hacerla tan, pero tan feliz. Y las dos, una siendo hombre y la otra, mujer, han llevado a la realidad a sus personajes favoritos.

Nunca nada fue planeado, simplemente se dio la coincidencia y así, la belleza de la imperfección.
Ella rompe todos sus parámetros, las lecciones aprendidas, los malos recuerdos y su amargura cuando está con ellos. Los ama y tal vez está perdidamente enamorada de la esencia de ellos dos.
Engríe, tolera, llora, ríe, sencillamente es ella con ellos. No se esconde, no se asusta, confía.
Pero ahora ella está muy asustada y ellos están lejos. Tiene miedo de no llegar a verlos. Ha sido recurrente en repetir mil y un veces demasiados te quieros hacia ellos. Y también, ella puede irse tranquila porque sabe que ellos dos la conocen más que nadie y por ello, saben que son lo único que jamás podría ella cambiar. Pero también sabe que pudo hacer más y tiene miedo de que ya no le alcance el tiempo. Ahora el reloj se queda sin pila, día a día. Habían muchos planes que pueden quedarse  sólo en ideas. Ella se va, ellos se quedan. Le hubiera encantado contarles las canas, cuidar a sus sobrinos. Está asustada. Y lo único que quisiera sería verlos a ellos porque como ellos saben, todo lo demás le llega al pincho.


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