jueves, 19 de noviembre de 2015

Rew. Play.

Tú qué querías. Te has dado cuenta que la forma de los signos de interrogación es hermosa: "¿" y "?". Cada uno ocupando espacio, por separado, teniendo que empezar el qué, cuál, cuándo, cuánto con tilde y luego de cerrar la pregunta, la respuesta en mayúscula, porque forma parte de una nueva oración, la origina.

Es inútil inventar respuestas, porque no son mías. Me visitan los días sin que yo vaya con ellos, con placer aumento mi barriga. Solo que pasa el tiempo sin mejoría y la ausencia ya se hace parte de mi vida. Y no quiero, aún no quiero. Las páginas se agitan entre mis dedos, regreso, retrocedo, adelantar no puedo. No importa el lugar. Le dije adiós a todo aquello que llevaba parte de esta, aquella historia. Y ahora, qué hago.

Dejé de fumar, pero no porque me lo pedías. Yo también tengo respuestas. Y sí, he mencionado tu nombre cuando he estado sola. No quedaba nada más si me ponía a lloriquear porque sentía alguna pena escondida. Qué puedo tocar, qué puedo abrazar, con qué puedo llorar más fuerte si no hay nada. Parece de esas historias con testigos que sin embargo, con el tiempo, nunca han existido. ¿Te mantengo aquí adentro?

Escucho como resuenan las preguntas, algunas con constancia, otras, con ironía. Pero, ninguna pasa desapercibida. ¿Las memorizo y luego, las repito? No. Las preguntas continúan un camino y por eso, las respuestas irán detrás. Presiento que solo llegué a la mitad del camino. A lo que sigue, no se me permitió entrar. Ahora, ¿voy para la izquierda o para la derecha?  Luego, ¿cuándo decidiré voltear sin nunca más tener que regresar?












No hay comentarios:

Publicar un comentario