jueves, 31 de enero de 2013

Diferente.



Las yemas de los dedos queman. 
Debería de apagar el ordenador.
Está sola en su habitación.
Va a la cocina, regresa de la cocina, vuelve a la cocina.
Toma asiento en su cama. Dobla sus piernas.
Se pone los audífonos. Sube el volumen.
Regresa a la cocina y abre una chela.
Mira sus pies. Observa sus piernas.
Se siente indefensa.
Vuelve a la cama.
Decide meterse un duchazo.
Espera que los minutos sequen su cuerpo.
Detesta las toallas.
Suena el celular.
Son las diez de la noche.
Le dicen que vaya al bar.
Duda.
Se queda en su cama quieta y duda.
Coge el vestido azul con puntos blancos.
Lllega al bar.
Encuentra a sus amigos.
Se compra una chela.
Empiezan las bromas pesadas.
Se burlan de su soledad.
Ella sonríe, primero.
Va por otra chela.
Continúan con las ironías.
Se defiende sutilmente.
Ellos se enfadan.
La joden, la re-joden.
Ella les echa la chela en la cara.
Los manda a la mierda y sale a fumar.
Se pone a llorar.
Vuelve a entrar.
Se sienta en la barra.
Toma más chelas.
Le encanta chupar sola.

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