jueves, 17 de abril de 2014

Perder a alguien.

No importa a dónde vaya esta vez. Qué cuenten mis lágrimas, qué canten mi dolor, qué me vean caer. No me voy a esconder. Se pierde la vergüenza cuando el pavor te roba la compostura. Escúchame gritar. Permíteme recordar. Tengo que hacerme la idea de que no te voy a ver, jamás. Se me quitó el verbo, lo arrebataron de mis brazos. A quién me puedo quejar si no quiero consuelo. Ni siquiera me puedo vengar porque no sé puede ir contra lo natural. Qué habrá más allá, quizás eternidad. Dónde estás. Cómo es que esto te llegó a pasar. Déjenme, la soledad viene a habitar. Llévame, no sé si podré aguantar. Siempre de prisa y sin avisar, abre la puerta y sólo te queda aceptar. Rezaré, creeré, te pensaré. Maldeciré, patalearé, me enojaré.  Me comportaré, pero abre los ojos, quédate. 

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