miércoles, 3 de agosto de 2011

Desempolvos

Hace un par de meses que había perdido la costumbre de distinguir las horas con la luz del sol. Eso de vivir en gris distorsiona aún más mi orientación. En fin, estos días estoy en casa y en mi no saber qué hacer, me puse a leer los cuadernitos del ayer y encontré una de las descripciones de las temporadas en que las únicas citas que tenía eran con mi colchón, ahí va:

"Practicando alguna táctica que apareciera de la nada en mi cabeza, intentaba sentirme tranquila y quizás, finalmente viva.
-Sólo lograba lo inverso de cada resultado que esperaba-
Así pasaron mis dias: pretendiendo que sean las seis y treinta y no las seis con cuarenta y cinco, enredándome e intentando hacer un garabato con mis piernas entre la almohada y el cubrecama, y así que pase todo un día escondiéndome del ahora y de quien no soy yo.
Sólo pudiendo satisfacer las ganas de fumar, cerraba los ojos y con mil litros de mi canción favorita me permitía llorar y consolarme solita."

Luego de quedarme estancada en esa hoja por unos minutos, me di pena. Pero todo pasa y sólo queda decir al pasado: "y, qué chucha!"

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