domingo, 4 de septiembre de 2011

Autobiografía

Unas oscuras en dedos delgados, fragilidad que disimulo con mi apariencia, difraz que esconde mis adentros. Comunicaciones secretas con los cigarros,dulce amargura que estoy sintiendo. Desorden en mi habitación alumbrado con la luz que disipa mi indecisión. Cansada de mentiras que me engañan en cada ocasión. Inocencia desdibujada por la traición. Carita llena de lágrimas por la insensatez de creer que me van a querer así como soy. Pero es tiempo de sincerarse, no?

De pequeña rompía las panties y los zapatos de charol por preferir juegos de los niños. No me aceptaron en dos colegios y lo más idóneo, para ellos, fue un colegio de mujercitas. Nadie me soportó.
Sermones, castigos, pero según mi psicóloga, lo que pedía era amor.
Solita con 4 años, odiando alguna actuación cada día del padre, bailando bonito para mi abuelo que fue el único que siempre me fue a ver. Intentando ser buenita por mi abuelita, memorizando alguna oración. Rezaba cada noche, rogaba con todas mis fuerzas que mis papitos vuelvan.

Un "chiste andante" según Juan Diego, hablaba trivialidades para tratar de dibujar sonrisas a los amigos que me soportan hasta hoy.
Me portaba mal, sin querer, nunca fue por mala, lo juro.
Hacía las cosas sin pensar y malas notas en conducta hacían que me llamaran la atención.

Sin contar a nadie lo que me pasaba en casa, hacía mis tareas, era primer puesto, prestaba siempre mi cuaderno. Menos cinco puntos por pasar las respuestas, de frente a la Dirección. Nadie me entendió.

Escondidita en mi habitación escribía canciones y llenaba mi diario en clave y de vez en vez dejaba mensajes cagones para mamá que andaba tratando de entersarse de mis pasillos cuando mi cuarto quedaba sin mí.

Odiaba ser talla 30 de formador y que mis senos crezcan tanto, por Dios! Me miraba al espejo, me veía mujer, así que una gorra, polos y jean anchos y a jugar frontón.
Tuve un polo rojo de Mickey Mouse.

Regalaba mis muñecas y todos mis ahorros. Prometí que a los 19 me iría a la selva, pero nunca fui capaz.

Me ahogué varias veces en un montón de vasos de agua, demasiadas terapias, no podían conmigo. Fuerte o demasiado sensible, lloraba con la radio a todo volumen y a puerta cerrada.

Hacía almorzar en casa a un señor, hablaba con loquitos porque yo sabía que necesitaban amor. Regalé toda mi ropa en alguna ocasión y mi mamá se rayó.

Me iba al parque, jugaba futbol con los niños y ellos me enseñaban "asquerosidades" que las repetía en reuniones formales.

Graciela y Evelyn intentaron siempre hacerme una señorita del Sagrado Corazón. Iban de compras conmigo por las wevas porque nunca usé lo que ellas escogían.

Tocaba boleros con la mandolina y desafinaba, a propósito, cuando cantaba para las monjas. La profesora Patricia me botó del coro y Rafael dijo que cantaba hasta el culo.

Tuve sólo  una relación larga, con mi primer enamoradillo. Me sacó la vuelta con una de mis mejores amigas de la infancia. De ahí siguieron 5 relaciones más que no duraron más de mes y medio. Aún hablo con la mayoría de ellos.

Me encerré tres años en mi cama. Sólo deambulaba por culpa de las necesidades básicas. Me daban miedo los chicos y más el tercer enamorado que me mintió.
Empecé a juntarme sólo con chicas y a ser más tolerante.

Renací en Cusco un 2010, quería ser un chasqui porque soy Huaco, pe.
Probé la independencia y me encantó. Bailaba sola con mi alma y terminó pro gustarme decir que no a todos los "quieres estar conmigo?"

Ahora ando en bares, voy a Cusco cada año y me encantan los ríos y los mares.

Soy impredecible, dicen. Debería de cambiar, también dicen. Pero yo, sólo quiero que me acepten como soy, con los brazos abiertos para mí, el francés mal hablado y mis males.

2 comentarios:

  1. te adoro tal cual Vecinita! y llevame contigo a cuzco por favor

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  2. owwww!! sinceramente yo tmb qiero una amiga como tuu!! u.u cada dia q te conosco mejor, estoy mas seguro de q eres una gran persona :)

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