jueves, 9 de febrero de 2012

Uno lo que quiere es reirse un rato y punto, choche.

El domingo en la madrugada metí la pata en un hueco y el efecto (llámese también consecuencia) fue: "hematoma y traumatismo severo en muslo y pierna izquierda".  So, en estos "dìas de descanso médico" he tratado de salir a pasear con mi cerebro de la mano. Ha recorrido el pasado, ha tratado de hacer memoria de cosas que ni se acordaba bien y bueno, eso de que me ha venido la reflexión y me he sentido mal, NO, AúN ESE MOMENTO NO SE HA APERSONADO, y la verdad que creo que no lo hará.

La única decisión que he tomado es dejar de ser tan "drama queen". Creo que llegué al extremo de poder ser contratada para el programa de Laura Bozzo, aunque un par de fichas, nunca caen mal...Pero, basta de escribir cosas tristes y de aturdirme en engreimientos que no van, a fin de cuentas.
Jamás quise ser una niña berrinchuda y a mis 22, no lo voy a ser.  Karma, aléjate!

Estos días, de los que aún faltan varios por venir, estoy poniéndome al día con un cuentito que no sé por qué mierda nunca comencé. Era la historia que quería vivir, creo que fue por eso. Quería vivirla primero, pero como la pata no me lo permite, la escribiré y será como vivirla, carajo, porque es muy heavy para los ojos moralistas de mis viejos, los tíos y de tus ojos, también, créeme. Y como por el momento no quiero joder a nadie porque estoy un poco, pero  un poco nomás indefensa, y no puedo irme corriendo, tengo que tipear y contentarme con el cuento, nomás.

He prometido a mil personas estos dias que me voy a portar bien, pero creo que la promesa debió de centrarse a  andar con cuidado, porque si convierto mi vida en una monotonía, me voy a quedar chiquitita. Creo que cuando te caes, duele levantarse, pero cuando te levantas, aprendes. Eso es lo que aprendí del domingo: a no mirar atrás para lamentarme, sino mirar atrás para saber qué es lo que no se debe de repetir.Y ahora, que esta piernita hace que no pueda ir a donde me llevaban mis pies, estoy tranquila distrayéndome con pensamientos bonitos.

Otra opción habría podido ser deprimirme, ver mi pierna y llorar como nena y hacer más drama. Pero creo que la alternativa que escogí hace que me sienta mejor porque
                                                                        uno lo que quiere es reirse un rato y punto, choche.
Así se suman los momentos "bonis" y uno a uno hacen que también te rías de los recuerdos y a dejar de seguir viendo lo que odiamos de los demás y a cambiar lo que odiamos de nosotros mismos, darling.

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