sábado, 20 de octubre de 2012

Inmutable

Siete días cíclicos de tres horas intranquilas convulsionan seguidito.

Quiero aspirar la casa, pero no tengo aspiradora. Tengo clases, pero hace días que no entro a alguna.
Mis botas están al frente de mi cama, quieren escaparse, correr conmigo a alguna parte, aunque sea cerca, pero no tengo ganas.
Hay pintura, pero tampoco tengo ganas de pintar. Hay mucha bulla y no tengo ganas de cantar.
Cuando estoy en estas circunstancias sólo quiero no hacer nada o quizás, ponerme a llorar, tampoco lo sé.
Las nubes están ocupadas y las estrellas ya no tienen gracia.  Las llaves están por los suelos y la inconstancia se adueña de mi cuerpo.
Me rendí con las ollas, los platos y los vasos comprados, con bolsas prestadas y los condimentos vencidos.
Mis uñas están limpias, pero mi cabello siempre anda acalambrado por la magnitud de mis malos pensamientos.
No quiero lluvias falsas así que por eso no me baño.
Camino por la casa descalza y grito: “nothing, nothing, nothing”, así como si tuvieran signos de exclamación en cada una de sus letras y aunque parezca alienada, siempre he pensado que el inglés te da la oportunidad de ser fría, aunque sea un poco.
I can’t get out y eso  me rompe en millones de pedazos de todos los portes. It’s a storm donde los truenos están salados y los rayos ni siquiera pasan corriente.
I’ts my heart, it’s my brain, it was my soul.

No hay comentarios:

Publicar un comentario